No podem dir que les parets mitgeres siguin estèticament el que ens fa sentir més orgullosos de Barcelona. En realitat podem convenir que en general són prou lletges, però hi estem tant acostumats que jo crec que molts de nosaltres no hi parem atenció quan caminem per la ciutat. N'hi ha per tot arreu, a tots els barris, i a alguns carrers la cosa és directament escandalosa: no hi ha dos finques que tinguin el mateix nombre de plantes, així que hi ha mitgera assegurada.
No podemos decir que las paredes medianeras sean estéticamente lo que nos hace sentir más orgullosos de Barcelona. En realidad podemos convenir que en general son bastante feas, pero estamos tan acostumbrados que yo creo que muchos de nosotros ni nos damos cuenta cuando caminamos por la ciudad. Las hay por todas partes, en todos los barrios, y en algunas calles la cosa es directamente escandalosa: no hay dos fincas que tengan el mismo número de plantas, así que hay medianera asegurada.
Las paredes medianeras tendría que ser compartidas por dos fincas, pero muchas quedan a la vista, exhibiendo impúdicamente una especie de secreto, un mundo que debería quedar oculto. Parecen estar esperando que alguien las tape, en un estado de provisionalidad permanente. Las normas urbanísticas hacen improbable, o imposible, que se construyan las alturas correspondientes y las paredes queden cubiertas . Así, se crean unas fracturas públicas, unos espacios despreciados o directamente ignorados.
Igual que se hace con los interiores de manzana del Eixample, el Instituto de Paisaje Urbano de Barcelona trabaja para recuperar estas paredes, y ha remodelado más de 100 en los últimos tres años, encargando dibujos o incluso plantando jardines verticales.
Ahora bien, Barcelona sería Barcelona sin sus paredes medianeras de ladrillo, simples e incluso bastas?